37 años después
A mi hermana Yvelisse que el pasado lunes estuvo de cumple.
En 1987 publiqué un artículo en esta columna que llevaba el nombre de dos colegas que emigraron a Estados Unidos y estaban laborando en áreas diferentes de la medicina. El enfoque que le di, en cierta forma mostraba, sin que fuese mi intención, cierto dejo de frustración en ellos, porque debieron emigrar y de paso dedicarse a una tarea que no era para la que habían estudiado, junto a nosotros, por 7 años.
Escribí, entonces: “Ellos son solo un ejemplo. No los estoy instando a que vengan a su país, probablemente ellos han elegido vivir allí, alejados de su vocación, que morir aquí aferrados a ella. Es lamentable que así sea, con ellos, más otra gran parte que están en la misma situación, el país pierde”.
Ambos comprendieron, y no se molestaron por el contenido de mi artículo. En la distancia, y estos 37 años después, hemos mantenido una muy buena amistad que bordea la hermandad. Fueron exitosos en las áreas que trabajaron, ya disfrutan de pensiones decentes y construyeron familias estables. No les hizo falta ejercer como médicos. Se que ambos hubieran preferido practicar la medicina, pero vieron que no podían hacerlo en USA y se concentraron y disfrutaron la tarea que tomaron como opción.
En el fin de semana pasado fui acogido en el hogar de uno de ellos, era largo pues el lunes se celebraba en USA “The Labor Day”, me trataron con amor y respeto, brindándome finas atenciones y me fascinó el ambiente sano, respetuoso que llevan como familia. Me hicieron sentir como otro miembro más y me convencí que J y N tomaron inteligentes decisiones al preferir quedarse en USA, aunque ello conllevará no ejercer la medicina y eso es, por mucho, “Algo más que salud”.