Vivir bien
A Iván Rodríguez que se nos acaba de ir dejándonos con su vida ejemplo del “Hombre nuevo”.
En estos días, pasando por una convalecencia, he retomado lecturas viejas que me han atrapado toda la vida, pero que precisamente por tener que vivir para subsistir he ido posponiendo su puesta en práctica.
No es que no las haya incorporado a mi estilo de vida, pero no ha sido con toda la intensidad que hubiera querido.
El mundo de este mi hoy, dominado por las redes sociales, ayuda mucho a tener a mano los textos y mensajes del cristianismo original, la filosofía del Tao, con el Tao Te Ching como base, el modo de vida plena presentado en el ZEN que preconizara Buda, las notas sobre los más diversos temas tratados por “El Profeta” de Khalil Gibran, los mensajes que dejan las novelas de Herman Hesse, la teoría del “Hombre Nuevo” que planteara El “Che” Guevara y que avalara la Revolución Cubana, el criterio del ser humano yendo ligero de equipaje que convirtiera en plan de vida Pepe Mujica y decenas de aportes más incluyendo los estudios de las zonas azules donde viven las personas más longevas del planeta.
Todas, sin excepción, tienen un comun denominador: hay que vivir con humildad, honestidad, alegría y sirviendo a los demás.
¡Noy más nada! Lo demás es monte y culebra. Pero quiero dejar bien claro que esto es valido para un viejo como yo o un adolescente de 17 años.
Lo trascendental es tomar la decisión y señalar el camino.
Muchos pueden considerarnos como un soberano tonto, en un mundo marcado por el afan de lucro, posesiones, fama, reconocimiento social y riquezas, pero “… de verdad os digo que más fácil entrará un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos”. Todo esto es “algo más que salud”.