Con acusaciones o denuncias sobre supuestas irregularidades, partidos y candidatos se empeñan en levantar neblina sobre el proceso electoral como si el mundo se fuera a acabar el 20 de mayo o al día siguiente, sin entender que de lo que se trata es de una gran fiesta cívica de consolidación democrática en la que los electores escogerán libremente a sus nuevas autoridades.
Los partidos Revolucionario (PRD) y de la Liberación (PLD) intercambian severas imputaciones en torno a alegados planes de incurrir en fraude o de obstaculizar el libre sufragio, pero en la mayoría de los casos esos alegatos no son acompañados por pruebas o evidencias contundentes y se reducen a fuego de distracción con balas de salva.
El acuerdo alcanzado ayer por Participación Ciudadana y la Junta Central Electoral (JCE) en torno a la observación electoral, debería servir de guía al liderazgo político para poder arribar a acuerdos supremos que garanticen un final auspicioso a la campaña electoral y votaciones libres, transparentes y concurridas.
Ya los partidos acordaron fechas para celebrar los mítines de cierre de campaña y las concentraciones regionales, como también apuran pasos para acreditar sus respectivos delegados ante los colegios electorales, lo que indica que no es mucho lo que falta para poder alcanzar un anhelado estadio de armonía política.
La JCE ha dicho que el proceso de organización y montaje de las elecciones está concluido en un 93 por ciento y que lo que falta de cronograma solo espera al cumplimiento de plazos de ley, en tanto que el Tribunal Superior Electoral (TSE) manifestó que sus jueces están a la espera de poder conocer y fallar sobre cualquier caso contencioso.
Todas las condiciones en los ámbitos organizativo y logístico están dadas para los comicios a celebrarse dentro de tres semanas; solo falta que partidos y candidatos afinen sus estrategias y discursos y los adecúen al requerimiento de paz, tolerancia, comprensión, prudencia y respeto al derecho ajeno.
Se requiere despejar toda forma de neblina o humareda del firmamento político electoral, que los partidos celebren sus últimas actividades de cierre de campaña en completo orden y que cesen de inmediato los insultos, diatribas y falsas acusaciones, porque las tres semanas restantes de campaña electoral deberían servir para que cada cual intente convencer al electorado sobre sus bondades y promesas.
La clase política está hoy compelida a promover armonía y aunar esfuerzo y voluntad para colocar la alfombra de sosiego y transparencia sobre la cual desfilarán los electores el día 20 para elegir libremente a los próximos inquilinos del Palacio Nacional.

