La pandemia ha traído como herencia un inusitado auge en el mundo del espectáculo. La asistencia a las salas de cine experimenta una concurrencia no antes vista a las películas que se están exhibiendo.
Lo propio ocurre con la cartelera de los espectáculos que se están dando todos a casa llena.
El fin de semana pasado lució desbordante, con los dos llenos que produjo Bad Bunny en el Estadio Olímpico, superando en concurrencia a los días del Festival Presidente de Música Latina, que era el referente.
Pero también se llenó el concierto de Rosario Flores en el Teatro Nacional; el concierto aniversario de la orquesta de salsa Chiquito Team Band en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua; el espectáculo de humor Stand Viejos, en Escenario 360 con Jochy Santos, Felipe Polanco y Cuquín Victoria; Sergio Varga en Blue Mall, y también estuvo bien el espectáculo Tributo a Frank Sinatra con motivo del 40 aniversario del Anfiteatro de Altos de Chavón. Todos el pasado sábado.
La explicación de esa avalancha inusitada de la gente hacia la diversión y el entretenimiento la provocó la pandemia.
El forzoso encierro indujo a una necesidad, reprimida por las circunstancias, pues se creó en la psiquis de la gente el temor a morir sin haber disfrutado lo suficiente.
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Es lo que explica la amplia concurrencia, y el elevado consumo en los lugares de entretenimiento, lo cual se traduce en una verdadera temporada de zafra para los organizadores de espectáculos y los artistas.
El auge es tan grande, que se han reactivado agrupaciones musicales y cantantes que se encontraban inactivos desde hacía algunos años, como también se construyen nuevos establecimientos de entretenimientos y espectáculos.
El primero de diciembre se inaugura el Teatro Lope de Vega, en la torre de cristal Novocentro, con la presentación de Milly Quezada y orquesta.
De igual manera, en diciembre, entrará en operaciones un nuevo night club que se construye en el hotel Sheraton, donde se proyecta una cartelera con grandes espectáculos.
Santo Domingo se ha erigido en la capital del espectáculo de toda el área del Caribe, con un mayor número de actividades que los países vecinos, conjugando presentaciones continuas y simultáneas de grandes figuras artísticas internacionales y criollas.
Esto sin contar las películas nativas y extranjeras que se ruedan en el país actualmente, que supera la media del área.
En hora buena para el arte y los artistas dominicanos.
Por: Joseph Caceres