La ministra de Interior y Policía anunció que el Gobierno implementará medidas más estrictas contra conductores que violen la Ley de Tránsito, con el objetivo de reducir los accidentes viales que ya suman más de 15 mil en lo que va de año, de los cuales un 65 % corresponden a motocicletas.
Menos de una semana antes de que la ministra Faride Raful prometiera que se aplicaría la ley contra choferes temerarios, se reportaron al menos cinco muertos y 17 heridos en accidentes de tránsito registrados en la autopista Duarte, Uvero Alto y Jarabacoa, incluidos dos militares fallecidos y cinco lesionados.
Tan alarmante estadística de 15 mil siniestros viales en menos de 70 días obligó a las autoridades a evaluar la situación en el marco de la reunión número 82 de seguimiento del Plan de Seguridad Ciudadana, que encabezó el presidente Luis Abinader, “con el propósito de salvar vidas”.
Para afrontar el mayúsculo desorden que representa el tránsito vehicular en avenidas, calles interiores, autopistas y carreteras, la funcionaria anunció que “el Gobierno intervendrá los cruces y vías de retorno con mayores índices de siniestros, en coordinación con las autoridades competentes”.
No parece tan sencillo conjurar el mayúsculo desorden vial con la sola colocación de agentes de tránsito o policías regulares en las intersecciones de retorno, porque sería literalmente pretender frenar a una manada de elefantes con plumas de ruiseñor.
Lo que la ministra Raful refiere como “autoridades competentes” incluye al Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) y a la Dirección General de Seguridad Transito y Transporte Terrestre (Digesett), instituciones que no han dado “pie con bola” en el compromiso de ordenar y regular el sistema vial.
Para conjurar la epidemia de accidentes viales se requiere de mayores acometidas en términos de organización del tránsito, señalización de todas las autopistas y carreteras y de un rígido régimen de persecución y sanción contra conductores de patanas, autobuses, minibuses, camionetas y motocicletas infractores de la ley.
En un país donde las autoridades no han logrado imponer la prohibición del paso de vehículos pesados por la avenida George Washington, ni las carreras de motocicletas en todas las autopistas, sería imposible frenar el descomunal desorden en el tránsito con intervención de los cruces y vías de retorno.