Sin duda que el niño sirio es el mejor ejemplo de la frase de que una imagen vale más que mil palabras. Esa imagen es hoy global y nunca antes en los cuatro años de guerra en Siria, una imagen de la tragedia había despertado ¿la conciencia o los sentimientos? globales .
Los argumentos de los políticos y de los articulistas para explicar las razones de la guerra y para la búsqueda de soluciones a la crisis migratoria siria inundan la prensa global. El Papa Francisco hace un llamado a las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y santuarios de toda Europa para que acojan a los refugiados sirios. Le responde el Obispo Laszlo Kiss-Rigo “que no son refugiados. Esto es una invasión. El Papa está equivocado. Los refugiados llegan aquí con gritos de Allah Akbar (Ala es grande). Quieren tomar el control”. Para Viktor Orban, político húngaro “los sirios que huyen constituyen una amenaza para nuestra civilización”.
El Presidente francés François Hollande dice que “se actúa con rapidez o pronto habrá no solo tragedias sino un éxodo”. Dice John Kerry “la masacre que está teniendo lugar en Siria es un insulto para todo el mundo, a cualquier nación que respete la dignidad y el imperio de la ley. Es una catástrofe estratégica para la región, para todos nosotros. Creo que con la crisis migratoria de Europa, el mundo está empezando a despertar y a darse cuenta de que hay que hacer más”. ¿Boots on the ground?
Parecería que el ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación de España es el único que ha descubierto que se trata de una guerra al decir que “está buscando desesperadamente una cobertura internacional para intervenir militarmente en Siria”.
El articulista español Luis Herrero le explica al ministro la razón de su desesperación cuando dice: “hace bien poco, la alianza entre la musculatura militar norteamericana y el legado cultural europeo le daba legitimidad a la idea de una civilización occidental. Pero ahora, me temo, nos hemos quedado sin lo uno y sin lo otro. Sin poder y sin legitimidad. Ni Estados Unidos tiene la energía de antaño ni Europa sabe defender su legado. Al contrario: parece obstinada en abominar de él”.
Mientras los jefes de gobiernos, políticos, religiosos opinan y los articulistas explican, la masacre en Siria e Irak continúa.