Editorial

Benedicto

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La renuncia del Papa Benedicto XVI anunciada hoy “por falta de fuerzas” para seguir  su labor pastoral, ha tomado por sorpresa al Colegio Cardenalicio que deberá  abocarse a partir del 28 de este mes a escoger al nuevo sucesor  de Pedro.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi,  dijo que Joseph Ratzinger,  de 85 años, cuya salud se ha deteriorado en los últimos meses, dimite al trono de Roma porque ha sentido el peso del cargo y por el bien de la Iglesia.

Como para cumplir con lo establecido en el Código Canónico, Benedito XVI  dijo que  tomó la decisión de renunciar en uso pleno de sus facultades, toda vez que  el canon 332,2 establece que la renuncia debe ser  libre y formal, “sin que se requiera ser aceptada por nadie, dado que no tiene superior en la Tierra”.

Ese código advierte también que “una vez hecha la renuncia y manifestada del modo que sea por el Romano Pontífice”, la sede pontificia queda vacante “y no puede volver atrás”.

Benedicto no dejó dudas de las razones de  su renuncia, que anunció en latín durante una ceremonia de canonización en el Vaticano y en una carta  al Colegio Cardenalicio, al señalar que  carece de fuerza física para  continuar su ministerio. Por el deterioro de su salud, los médicos le prohibieron realizar  viajes  interoceánicos.

La Iglesia recibe con pesar la inesperada partida del Papa, quien  fue  entronizado  el 19 de agosto del 2005, sucesor del fallecido Juan Pablo II, de quien se dijo  fungía como su mano derecha.

Los católicos de todo  el mundo elevaran preces al Altísimo para que conceda sabiduría a los 115  cardenales que tendrán la difícil misión de escoger entre  ellos al nuevo pontífice de una milenaria iglesia que tiene más de mil millones de  fieles.

Por tratarse también de un jefe de Estado, la dimisión de Benedicto XVI tendrá repercusiones  políticas y diplomáticas, aunque desde el 28 de febrero a las 8:00 de la noche, cuando entre en vigencia su dimisión, se cumplirá  la vieja sentencia de que al Vaticano se entra Papa y se sale cardenal.

El Nacional

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