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Boicot al turismo RD dejaría miles de haitianos sin empleos

Boicot al turismo  RD dejaría miles  de haitianos sin empleos

Un boicot a la industria turística de República Dominicana en represalia por el Plan de Regularización de Extranjeros que lleva a cabo el Gobierno, perjudicaría no sólo a los dominicanos, sino también a miles de inmigrantes haitianos que se ganan la vida en los diferentes polos turísticos, quienes se verían obligados a retornar a su país por falta de empleo.

El boicot planteado por Bill De Blasio, alcalde de Nueva York; Martín Walsh, alcalde de Boston, y la señora Linda Dorcena, senadora de Boston, fue sugerido sin tomar en cuenta que la mayoría de los trabajadores de los distintos polos turísticos, proceden del vecino país.

Los alcaldes y la senadora estadounidense sugirieron el boicot alegando que el Gobierno dominicano ha deportado a miles de haitianos indocumentados, lo cual no es cierto ya que hasta este miércoles 8 de julio ningún haitiano residente ilegal ha sido sacado del país por la fuerza.

Sólo en la provincia de La Altagracia en la zona de Bávaro y Punta Cana, las actividades turísticas generan 115 mil 882 empleos directos, según datos de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), de los cuales 20 mil están en manos de trabajadores haitianos.

Los haitianos desarrollan sus actividades como bartenders, guías turísticos, conserjes, mucamas, intérpretes, músicos y bailarines, cocineros, técnicos de mantenimiento, conductores, jardineros, vigilantes y porteros.

Todo eso sin contar con otros 50 mil empleos indirectos como motoconchistas, venduteros de frutas y vegetales, ropas usadas, buscones y guías turísticos callejeros, estilistas de belleza, maquilladoras, peinadoras etc.

La presencia de haitianos en esa zona es tan notable que existen lugares poblados casi en su totalidad nacionales del vecino país como El Hoyo de Friusa, Villa Esperanza y Haití Chiquito, en Bávaro; y Kosovo en Verón, donde hasta las calles y las casas se tornan parecidas a las del barrio Cité Soleil de Puerto Príncipe.

Los inmigrantes haitianos están diseminados en Punta Cana, Bávaro, Verón, El Hoyo de Friusa, Cabeza de Toro, El Cortecito, Uvero Alto, Macao, Boca de Yuma, y en Bayahibe, pero en menor cantidad.

Los obreros haitianos que viven en las zonas turísticas de Higüey, son en su mayoría jóvenes con distintos niveles de instrucción, que proceden de las zonas rurales de Haití, y de grandes núcleos poblacionales como Puerto Príncipe, Cabo Haitiano, Gonaive, Jérémie, Mogoane, Fort-Liberté, Port-de-Paix, Les Cayes, Jacmel, Croix de Bouquet y otras.

Los que disponen de empleos directos generalmente son varones, con edades entre los 18 y los 35 años, muchos de ellos con estudios universitarios en Francia, Canadá y los Estados Unidos, hablan francés, inglés, crole y español.

Estos últimos son además, los que realizan las labores mejor pagadas como empleados de hoteles, bartenders, guías turísticos, bailarines y músicos, mucamas o intérpretes.

Generalmente llegan a sus centros de trabajo en autobuses con aire acondicionado o en sus propias motocicletas y automóviles, mientras los demás se desplazan en camiones y autobuses públicos y en motocicletas turísticas o motoconcho.

El sugerido boicot a la industria turística dominicana afectaría además a más de 60 mil obreros de la construcción que se ganan la vida como albañiles, carpinteros, varilleros, pintores, ayudantes de la construcción y en otras labores.

Se argumenta que los haitianos son escogidos porque aprenden a realizar sus labores con mucha eficiencia, no faltan a sus trabajos y casi nunca piden permiso para ausentarse, además de que hablan más de dos idiomas y no replican cuando le llaman la atención por cualquier motivo.

Otras de las razones para preferir a los inmigrantes haitianos es que exigen menos dinero y siempre son dóciles y dispuestos a trabajar en cualquier horario, contrario a muchos dominicanos que exigen más dinero y un mejor trato.

Se dice además, que los trabajadores haitianos son más organizados que los dominicanos, son ahorrativos y casi nunca piden adelantos o dinero prestado, y siempre están a trabajar largas jornadas siempre que se lleve a cabo el pago correspondiente.