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¡Bravo! aprobación Código Penal

¡Bravo! aprobación Código Penal

Chiqui Vicioso

A Gianna Sangiovanni, in memoriam

Algo anda muy mal cuando la gente tiene que escudarse en la Ley para imponer sus designios. Ello implica un fracaso si no de la fe, de la razón, y cuando en particular las iglesias recurren a ese mecanismo están declarando su derrota.

No te convenzo entonces te obligo, o te mato”, como cuando en la Inquisición se asesinó a 16 millones de mujeres, por atreverse a curar, cuando ello estaba reservado al clero, o a ser parteras, monopolio masculino.

Cuando ese dictamen tiene que ver con la salud reproductiva de las mujeres el absurdo, o la arbitrariedad es mas evidente, porque se trata generalmente de hombres imponiéndole a las mujeres su visión de lo que deben hacer con su cuerpo, su sexualidad y su capacidad reproductiva.

Y de obligarlas a parir, aun cuando su vida está en riesgo, su embarazo es producto de una violación, o el feto es inviable, algo que las mujeres nunca le hemos impuesto al sexo masculino.

No hemos creado leyes para obligar a los hombres a a usar condomnes, o vasectomizarse, como en el caso del padre de una amiga, que tuvo 96 hijos e hijas, y otros muchos que abundan en la zona rural con 20,30, 40 y hasta 50 descendientes.
Recuérdese que Trujillo creó un premio para esos sementales, y de ahí nos vienen muchos de los problemas de hoy.

Por eso la aprobación del Nuevo Código Penal sin las Tres Causales, dominio exclusivo no solo de las mujeres sino de la clase médica, es un triunfo de las mujeres y asi deben verlo las feministas, senadoras y diputadas como Faride Raful.
Lo que no se puede permitir es que se cree una nueva ley para el manejo de las Tres Causales (por suerte rechazada de plano), porque hay que entender de una vez por todas que la salud de la poblacion, hombres y mujeres, y la infancia, no es un tema legal o constitucional sino médico, y tanto la Asociacion Medica como la de as Enfermeras asi lo han declarado.

Celebremos pues este triunfo de la razon y de la solidaridad masculina con nuestras demandas, sobre todo cuando ellas implican la vida, en el sentido literal de la palabra, de la mujeres y niñas ya nacidas, no las por nacer, como han querido imponernos quienes desconocen lo que es la maternidad, sus alegrías, tristezas y sus riesgos, y la responsabilidad materna y paterna en la reproducción, socialización, y cuidado de la infancia.

!Salud!