Articulistas

Breve sobre periodismo

Breve sobre periodismo

José Antonio Torres

Decía el periodista polaco Ryszard Kapuscinsky, uno de los mejores cronistas de la historia y testigo de los principales acontecimientos del siglo XX, que “para ser periodista hay que ser buena persona”.

Y es que, aunque ahora  no viva su mejor momento, el periodismo y la libertad de expresión son dos de los elementos que más ligados han estado al desarrollo de las sociedades democráticas. Con  pros y  contras, porque el periodismo lo hacen seres humanos con defectos e intereses propios, por eso el  llamado cuarto poder ha venido evolucionando al mismo ritmo que lo hace la sociedad.

Aunque los estudiosos parecen no ponerse de acuerdo en este punto. Si bien es cierto que el periodismo como profesión, u oficio, cual definición del Gabo, con unas características muy similares a las que tiene hoy en día, nació en el siglo XIX, existen ejemplos  más antiguos que podrían interpretarse como antecesores.

De ahí que Heródoto, importantísimo cronista de la antigua Grecia y padre de la historia como campo de estudio, es para muchos el primer periodista que existió.

En sus  narraciones sobre los acontecimientos de su tiempo y razonando  motivos y consecuencias de los mismos podría asemejarse lo suficiente, salvando las distancias, como para considerarlo una especie de reportero intrépido.

Otros sitúan los primeros textos periodísticos en la llamada acta diurna, que eran  relatos mandados a escribir en las paredes del palacio por el emperador Julio César sobre las victorias conseguidas en las campañas militares por Europa.

En cualquiera de los dos casos, la información escrita solía limitarse a las clases poderosas que sabían leer y escribir y era complementada con la labor de los voceros, personas que pregonaban las noticias oralmente para que llegaran a una mayor parte de la población.

Aquí queremos llegar a la conclusión de que la prensa escrita, desde la edad media ha sido proyectada para las élites económicas, no importa de la nación que se trate, porque los pobres y analfabetas nunca han tenido interés por lo que pasa en el mundo, y de su entorno, solamente cuando lo afecta directamente.