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Orlando Martínez el nuevo periodismo

Orlando Martínez el nuevo periodismo

En los años 70 y 80 RD tuvo ejemplos del Nuevo Periodismo como la pluma de Orlando Martínez, entre otros

Orlando Martínez, un exponente del nuevo periodismo que murió víctima de la persecución a la libertad de prensa durante el sangriento régimen que encabezó Joaquín Balaguer, es una figura de veneración en la sociedad de San Juan de la Maguana.

El 2012 fue inaugurado un museo donde van los estudiantes a conocer las cosas que preservan su memoria y cada17 de marzo se reúnen los periodistas con el pueblo, a exaltar su pensamiento.

El pasado 17 de marzo, Alfredo del Valle, secretario del Sindicato de Trabajadores de la Prensa, filial San Juan, me invitó dictar una conferencia sobre la influencia que había ejercido el Nuevo Periodismo en Orlando Martínez, en la verticalidad de su pensamiento, en los aportes estilísticos y en los riesgos de sus enfoques al hablar de cosas que en la escena de una dictadura como la que nos oprimía, no se podían hablar.

El nuevo periodismo es una corriente que, aunque nació en Estados Unidos, en América Latina tuvo enérgico resplandor, especialmente en Argentina con Rodolfo Walsh, su principal exponente.

En los años 70 y 80, República Dominicana tuvo sus ejemplos del Nuevo Periodismo, expresados, entre otros, en la pluma de Orlando Martínez y en las cátedras de Lipe Collado (de quien más aprendimos los periodistas en los ochenta).

En el momento que Tom Wolfe publicó una serie de ensayos con ese mismo nombre, se convirtió en el fundador del Nuevo Periodismo, dejando formalizada la corriente. Según él (y yo, por lo que he leído y aprendido de otros, lo acredito), ese es el género periodístico más rico, habiendo renovado las técnicas usadas en el momento.

Pero quien elevó más alto esta corriente fue un periodista llamado Truman Capote, quien en el año 1966 publicó un libro que señaló el rumbo, no solo del Nuevo Periodismo, sino también del reportaje como género. Me refiero a la obra “A sangre fría”, donde cuenta el asesinato de una familia de cuatro personas, en una comunidad rural, a manos de 2 sinvergüenzas.

Truman Capote, tras una investigación de campo, escribió un extenso reportaje publicado por entregas en un diario (más o menos lo mismo que hizo León Tolstoi con su libro La guerra y la paz). El de Capote, que revolucionó el mundo del periodismo, le costó 5 años de investigación y a partir de él, todo periodista se vio obligado a buscar recursos estilísticos enriquecidos con el monologo, el diálogo, el ensayo, la entrevista, la narrativa y la noticia. Recursos que otrora eran aplicados solamente a la literatura. El reportaje de Capote quedó legado a la posteridad como el origen de un novedoso estilo de novela.

Entre los más insignes cultores del Nuevo Periodismo latinoamericano actual, cito a dos argentinos; uno es Leila Guerriero, autora de los libros Frutos extraños y plano americano, dos de las obras más cautivantes que he leído, con 20 y 23 crónicas sobre temas humanos, entre ellas una titulada “Pedro Henríquez Ureña, el eterno extranjero”, en la que rastrea el pasado del humanista dominicano; y el otro, Martín Caparrós.

El Nuevo Periodismo tiene como objetivo introducir otro lenguaje y otros medios de expresión, planteando la necesidad de quebrar los métodos encapsulantes.

En Orlando hay una muestra de esta práctica; del dominio de este movimiento. Veamos su columna del 25 de febrero del 1974, se titula: “Una estaca en el corazón”, donde cita a Bram Stoker en su novela Drácula, sobre cómo se extermina a un vampiro. Y quién es el vampiro: la Gulf and Western, la que chupaba la sangre de los dominicanos.

También su escrito del 22 de marzo del 1974, titulado: “Revisión no: Nacionalización”. Y esa joya del 24 de julio del 1974: “Sansón y Dalila y la propiedad privada”. Revisemos, reflexionemos y vámonos al debate.
El autor es poeta.

Por: Rafael Pineda
rafaelpinedasanjuanero@gmail.com

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