Editorial

Brinden por ellos

Brinden por ellos

Se cuentan por miles los dominicanos que vienen a disfrutar junto a sus familiares de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo,  retorno masivo de gente que  nunca ha estado ausente de  su terruño ni de los suyos y que impregna a la temporada navideña mayor alegría por medio de una temporal pero emotiva reunificación familiar.

Barrios populares, sectores residenciales, ciudades de provincia y  comunidades rurales se colman de júbilo con la llegada de compatriotas desde Estados Unidos, Europa, América Latina, el Caribe y hasta de Asia y África, repletos de  nostalgia, bendiciones, esperanza y buenas historias.

Sin  estar presente en territorio insular,  esta diáspora ha adelantado a la República,  como cada año, su regalo de Navidad con el aporte  de más de tres mil millones de dólares en  envíos de remesas y con  centenares de millones en gastos de estadía como turistas.

 Pocas economías en el mundo, como la dominicana, tienen tan alta dependencia de su comunidad en el exterior  para su desarrollo  y expansión, al punto que  el déficit  de la cuenta corriente  de la Balanza de Pagos no se  vuelve inmanejable gracias a  las divisas generadas por los ausentes.

Mucho más de un millón de  dominicanos residen en estados Unidos, concentrados  especialmente  en la costa este de la Unión Americana (Nueva Inglaterra, Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania y Florida), aunque también  hay muchas familias  criollas en la zona oeste y hasta en los estados  de Alaska y Hawái.

La emigración  dominicana se extiende por la Europa mediterránea y nórdica (España, Italia, Francia, Bélgica, Suiza, Suecia, Finlandia,  Holanda y hay gente nuestra en Corea del Sur y en casi todas las islas del Caribe, Centro y Suramérica.

Esos dominicanos tienen en común, contrario a otras diásporas, que nunca olvidan a su país, que   siempre añoran regresar y que mejor se endeudan o dejan de comer antes de  interrumpir sus envíos de dólares o euros a sus familiares, tanto así, que a pesar de la crisis económica global, los ingresos por remesas no han disminuido.

Una excelsa representación de esa gran comunidad dominicana  en el exterior tiene la surte  de poder disfrutar la temporada navideña junto a los suyos y allegados, y es deber de los que aquí estamos y nos quedamos brindarles todo el afecto y respeto  a que se han hecho acreedores.

El Nacional

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