Editorial

Buche lleno

Buche lleno

Difícil refutar el criterio externado ante niños de escuelas por el gobernador del Banco Central, de que  aquí no hay crisis económica, porque  en verdad no afloran hoy elementos  que tipifican un estado de calamidad financiera como no  pago de la deuda pública, aguda crisis fiscal, inflación galopante, desestabilización del tipo de cambio y de interés bancario y decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Aun así, el licenciado Héctor Valdez Albizu admite  que la  economía ha dado por años vueltas en círculo sin poder  resolver o aliviar el flagelo de la pobreza y su secuela de males, los que a  su juicio deben ser enfrentados dándoles prioridad a la educación, la salud y la vivienda, con lo que se retorna  al comienzo de toda la historia.

Al contestar preguntas a estudiantes de  diversos colegios que  participan en el concurso “Pinta y gana  con el Banco Central”, Valdez Albizu dijo que más que una crisis económica, lo que padece   República Dominicana es un proceso  de crecimiento lento del PIB.

Lo dicho por  el gobernador del Banco Central ante estudiantes de educación básica obliga a reflexionar sobre el futuro de la economía dominicana agobiada hoy por una crisis  financiera global matizada por  cruentas crisis  de la deuda  en Estados Unidos y Europa y que ya  se extiende  por Japón y China Popular. Se considera un gran logro que  una economía como la dominicana, que depende en gran medida de sus ingresos por turismo, remesa, inversión y exportación, haya podido sobrevivir a pesar de que  su socio  estadounidense aún  no se repone del crack inmobiliario y financiero de 2008, pero es impredecible su futuro sin aplicar medidas para romper el  añejo círculo de pobreza que genera más pobreza.

Se reclama más inversión en sectores básicos (educación, salud, vivienda), pero en la Ley de Presupuesto 2012, se reduce el financiamiento, se imponen  elevadas sudms para  afrontar  déficits del Banco Central y sector eléctrico por casi 50 mil millones de pesos y se reclama que el déficit fiscal se reduzca del 2.6 a 1,9 por ciento del PIB, a pesar de que en términos reales los ingresos descienden. Los sectores que  presionan por más inversión, no permiten que se hable de reducir las exoneraciones y exenciones al  sector productivo que en 2012 sumará 118 mil millones de pesos, ni mucho menos que se reajuste  el porcentaje de presión tributaria respecto al PIB, que   actualmente es menor de un 13%.

 El gobernador Valdez Albizu tiene razón al decir que  aquí no hay crisis  económica, porque no afloran los  elementos que tipifican ese estadio de calamidad, pero también ha dicho que  la pobreza y otros males sociales son añejos y circulares, lo que quiere decir  que la pobreza da  vueltas en círculo en  vía contraria al cinismo de sectores mediáticos y fácticos  acostumbrados a llorar con el buche lleno.

El Nacional

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