El caso del arquitecto David Rodríguez, cuyo cadáver fue encontrado con un balazo en la boca en un baño de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), ha destapado una caja de Pandora. Por el caso se ha detenido a dos ingenieros citados por la víctima. Pero no es todo.
En tanto se investiga la defunción del profesional, el presidente de la Confederación de Pequeños Contratistas, Eliseo Cristopher, denunció que en la OISOE y los ministerios de Educación y Obras Públicas opera una mafia que esquilma e intimida a los contratistas con préstamos para la ejecución de proyectos.
Rodríguez, a quien se debían unos seis millones de pesos de una obra que construía en Peralvillo, Yamasá, estaría abrumado por compromisos financieros que habría contraído con Joel Soriano de los Santos y Alejandro de los Santos Seer, funcionario y exfuncionario de la OISOE. Serían parte de una red que amenaza incluso con despojar de las obras a los ingenieros que no aceptan sus condiciones.