Editorial

Carencia de valores

Carencia de valores

Los graves sucesos de violencia acaecidos el viernes en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con saldo de un muerto y seis heridos, constituyen otra penosa muestra de degradación o carencia de valores democráticos en una amplia franja de la sociedad nacional.

Daniel Castillo, empleado del Ayuntamiento de Santo Domingo Este, murió de un impacto de bala en la cabeza durante un tiroteo escenificado en uno de los centros de votaciones para escoger la nueva directiva de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED).

Unos 200 mil estudiantes fueron convocados a lo que se supone sería una gran fiesta democrática en todos los recintos de una institución académica llamada a ser cuna del pensamiento liberal y promotora de un tipo de gobernanza sustentada en el pleno disfrute de derechos individuales.

Lo que ocurrió en esas elecciones estudiantiles fue una reedición de violencia e intolerancia a la que recurren grupos divorciados de la pluralidad acostumbrados a emplear la fuerza para evitar que el sentimiento mayoritario se exprese libremente.

Ese tipo de conducta de desprecio a la democracia o al derecho ajeno parece tener raíces en el propio tuétano de la sociedad, porque se expresa en la familia, en gremios, asociaciones, sindicatos, partidos políticos y obviamente en el Gobierno y en el Estado.

Lo ocurrido el viernes en la UASD demuestra que esa Alma Mater está muy lejos de poder asumir el rol de un auténtico faro del conocimiento, de la investigación científica, extensión social y, sobre todo de legítima y genuina cuna de la democracia y de los derechos ciudadanos.

La sociedad condena con toda firmeza que individuos armados irrumpan en un centro de votaciones de la Universidad Autónoma con el propósito de ahogar a sangre y fuego la voluntad y el derecho democrático de los estudiantes a elegir o ser elegidos.

A la nación le falta camino por recorrer para transformarse en una sociedad que exhiba y ejerza a todos los niveles y en todos los escenarios una auténtica cultura basada en valores de democracia. Será entonces cuando se supere el tipo de intolerancia y violencia que el viernes estremeció a la UASD.

El Nacional

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