Editorial

Carroñeros

Carroñeros

A partir de hoy el Gobierno distribuye más de  cuatro mil millones de pesos  por concepto de  regalía navideña o salario 13, lo que supone  una  dinamización de las actividades de comercio y consumo, pero también el recrudecimiento de la delincuencia y criminalidad, aun con la ampliación del patrullaje policial en barrios, plazas y avenidas.

Junto al doble sueldo,  los delincuentes salen de sus madrigueras como carroñeros que roban, atracan, asesinan o perpetran cualquier acción criminal para despojar a ciudadanos de dinero, prendas o mercancías en las calles, lugares de trabajo, hogares o cualquier lugar donde confluyan  circunstancias de  indefensión o descuido.

La cantidad de dinero que circulará a partir de hoy  será mucho mayor si se agrega  la entrega del bono navideño por  empresas del sector privado, que en muchos casos incluye  distribución de beneficios, lo que convierte a diciembre en el mes de mayor bonanza y de incremento de la demanda de bienes y servicios.

Es obvio que los ladrones intentarán hacer su agosto en este mes, intención criminal que las autoridades por sí solas no podrían evitar a menos que la población  asuma  un código de previsión para impedir la comisión de crímenes y delitos, que se inicia con  la recomendación de  transitar sólo con el dinero requerido para la transacción que se realice.

La gente debería asumir precaución mayor al momento de abordar un carro público ocupado por  hombres y mujeres que generalmente ofrecen al pasajero asiento propicio para proceder a un atraco o robo de cartera.

Connotados “carteristas” se confunden entre masas de consumidores que se congregan en tiendas, supermercados, plazas comerciales o que transitan por concurridas avenidas, para robar a sus víctimas que casi  siempre son personas que incurren en descuido o falta de previsión.

Sin menoscabo del derecho que le asiste a la ciudadanía de disfrutar a plenitud de la temporada de Navidad y Año Nuevo, es menester  llamar la atención  sobre  la necesidad de promover la frugalidad, de evitar los desenfrenos en el gasto y de procurar guardar pan para mayo.

Miles de policías y centenares de militares aúnan esfuerzos  en labores de patrullaje  para contener  la delincuencia y criminalidad durante las festividades navideñas, pero se insiste en advertir  que esa tarea no tendría el éxito deseado a menos que la población asuma como cartilla obligatoria las medidas de previsión que sean necesarias para que ningún antisocial sea motivo de frustración,  dolor o tragedia familiar.

El Nacional

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