Educación sexual
Señor Director:

El Instituto Nacional de Educación Social, I N C. Auspiciado por APEC y la Secretaria de Estado de Educación Bellas Artes y Cultos (así se llamaba ante) en el año 1975 a los profesores, orientadores y psicólogos nos dieron una jornada de educación sexual de una semana. Las ponencias y conclusiones fueron muy buenas y la clausura incluyo la entrega de certificado a quienes cumplimos con el horario. Salimos entusiasmados y dispuestos a poner en práctica los conocimientos adquiridos, pero no fue posible por los prejuicios de más educadores de los que podamos imaginar y por culpa de “cristianos” que ni hacen ni dejan hacer.

En la gestión educativa de la vice presidenta y encargada de Educación, la doctora Milagros Ortiz Bosch otra vez los docentes, orientadores y psicólogos fuimos convocados para una jornada de Educación Sexual. Los de la Zona Norte la recibimos en la escuela Republica Dominicana y casi todos los expositores eran excelentes, pero también fue un fiasco, porque no llego a los estudiantes máxime los de Educación Básica que es por donde debería iniciar ese tema relevante que es la Educación Sexual.

La inversión económica fue grande en esas jornadas, porque éramos muchísimos los participantes y quienes las impartían usaron muchos materiales de apoyo.
Particularmente jure nunca más volver a participar en ese tipo de jornada, por dos razones fundaménteles y la primera era que la sexualidad la trabajaba en la Educación Media porque en los liceos que labore daba Biología y en dos fui la encargada del cuarto de naturales y en genética la sexualidad era un tema obligado y los órganos sexuales, los genes, los cromosomas y los cruces genéticos no se podían soslayar.

Lo segundo es, que deje de trabajar en liceo y me quede en básica, y para que asistir a una actividad educativa de varios días para engavetar los conocimientos adquiridos, asíno se vale y mucho menos se avanza, porque las niñas siguen pariendo al por mayor y detalle, por falta de una educación sexual adecuada que no reciben en su casa ni en las escuelas, que son su segundo hogar.
Abundan los padres que no saben guiar a los hijos respecto a la sexualidad y estos son orientados por gentes de las calles que lo confunden, lo cual no ocurriría en demasía si en los centros educativos los guiaran maestros diestros en el tema de la sexualidad.

Atentamente:
Lic. Teresa Gómez.