¡Defendamos el país!

Señor director:

Ante la presión ejercida a nivel internacional contra la República Dominicana y su soberanía, se hace impostergable que cada ciudadano e institución levante su voz en defensa de nuestra Patria y nuestra Constitución. Hay que hacerlo ahora que es temprano, cuando nuestros vecinos más cercanos están arreciando una agresión verbal y psicológica preñada de indecencia, falacia y mala fe. Aunque su irracional actitud tiene que ver con el peso que implica la adición de decenas de miles de compatriotas suyos a un territorio sumamente carenciado como es Haití, merecemos un trato mas considerado.

Aún con opiniones encontradas sobre la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, debemos tomar en cuenta que las decisiones de esa instancia son inapelables. No se trata de apoyo al Presidente Medina sino de respaldo colectivo, firme y decidido a nuestra soberanía, a nuestra democracia y a nuestros derechos constitucionales que no son negociables con nadie ni por nada. Desde nuestras actividades habituales debemos mantener un dialogo permanente con nuestros conciudadanos/as a los fines de retroalimentar la convicción de hacer esta defensa bajo la sola y única condición de respeto a los Derechos Humanos que merecen las personas. Un trato sin odio, sin soberbia y sin retaliación.

Un trato correcto pero sin temor a perder un dólar, un euro o un turista. Sin que empresarios y productores dominicanos lloren el cierre del mercado binacional o la veda de entrada de mercancía de este país a Haití. Tenemos igual derecho que los países de las tres Américas, Europa y demás, a devolver a todo ciudadano/a que se encuentre ilegalmente en sus respectivos territorios, para lo cual no hay que pedir permiso al país de origen. La gran falta de este país fue descuidar por décadas la deportación de todo foráneo establecido ilegalmente en nuestra media isla. De la OEA recordemos su intromisión en ocasión de la Revolución de Abril del 65.

Nuestro llamado a aquellos ciudadanos, especialmente manejadores de opinión publica en medios electrónicos para que bajen el tono de su voz, que aparenta incitar la insubordinación, además de atribuir al gobierno una culpabilidad que no tiene. Defendamos a unanimidad la soberanía, la democracia y la Constitución ante los foráneos mentirosos, chantajistas y manipuladores, que nos exigen cargar con lo que no podemos ni estamos obligados a hacerlo. Somos hermanos, pero cada quien en su parcela.

Atentamente,

Lic. Santiago Martínez