Sector Eléctrico
Señor director:
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Con la falta de rendición de cuentas a la sociedad, la entrada en operación de las plantas a carbón de Punta Catalina tendrán muy poco impacto en el déficit financiero del sector eléctrico, pues en el primer semestre del 2015 el precio promedio de compra de energía de las distribuidoras a los generadores se situó en unos US$0.1273/Kwh que es un precio muy cercano al precio de US$0.12/Kwh que la CDEEE ha declarado que se venderá la energía producida por las plantas a carbón de Punta Catalina. En el primer semestre del 2014, el precio promedio de compra de energía de las distribuidoras a los generadores fue de US$0.1662/Kwh, lo que significa que en el primer semestre del 2015 se ha producido una rebaja de un 23.41% con relación al precio de compra del primer semestre del 2014.
El País corre el riesgo que una vez entren en operación las plantas a carbón de Punta Catalina, no solo seguiremos enfrentando y sufriendo los efectos del déficit financiero del sector eléctrico ocasionado por la pésima gestión de las distribuidoras y el exceso de gastos corrientes y empleomanía de esas empresas y la CDEEE, sino que además estaremos pagando los cerca de US$3,000 millones invertidos en la construcción de dichas plantas, suma que será el fruto del costo inicial contratado, más el costo de la interconexión al sistema eléctrico nacional, más los escalamientos de costos durante la construcción contemplados en el contrato firmado, más los costos de ingeniería y supervisión, más los costos del proceso de licitación, más los intereses y comisiones de los prestamos obtenidos y por obtener.
Solo a la agencia de crédito de exportación italiana SACE, por garantizar el financiamiento con un pool de bancos europeos, se le pago US$ 82.5 millones como prima de seguro o comisión para cubrir el riesgo país. Los US$82.5 millones pagados a SACE corresponden al 15% del monto del financiamiento garantizado por SACE que asciende a unos US$550 millones que será desembolsado por el pool de bancos europeos.
Cuando se pensaba que la reducción dramática en los precios del petróleo iba a representar un alivio para los sufridos clientes del sector eléctrico y/o un alivio en las finanzas públicas, la realidad pone en evidencia que ha ocurrido todo lo contrario. La deuda sigue aumentando, los clientes no se benefician de la rebaja del precio del petróleo y la calidad del servicio sigue deteriorándose con apagones cada vez más intensos y frecuentes. Con este escenario de ineficiencia y falta de transparencia e información a la sociedad, Dios nos coja confesados y comulgados.
Atentamente,
Ing. Bernardo Castellanos