Empresarios y política
Señor director:
Los empresarios dicen estar preocupados por los altos gastos que tienen las campañas políticas. Cierto, hay un desborde de recursos económicos entre los partidos políticos y cada día hay que invertir mas dinero en una jornada proselitista.
Los nuevos métodos de propaganda son caros. La television, el internet, la radio y los medios electrónicos en general obligan a tener que generar millones de pesos, a ser gastados en varios meses.
A todas luces es un verdadero despilfarro. La democracia en un país pobre no se debe escenificar en base a gastos superfluos, y para imposición de un culto a la personalidad. Cada voto cuesta millones de pesos, sea en inversión publicitaria, o en entrega directa de dinero.
Los empresarios tienen razón, pero ellos son parte del negocio de la publicidad y de la política desbordada. Muchos de esos empresarios que gritan por las acciones de los políticos son de los primeros en darle fondos para sus campañas.
Un viejo dicho en los círculos políticos dominicanos dice que los grandes empresarios son amigos de todos los políticos, y a cada cual le dan su ración. No importa quien gane, el sector empresarial siempre tendrá un amigo en el Palacio Nacional.
Además, los empresarios siempre tratan de acomodar la nueva filosofía del gobierno que llega a la defensa de sus intereses, a abrir todas las puertas a lo que llaman accionar y desarrollo de la libre empresa, a tener mercado libre y sin controles, y a jugar con los precios de los artículos de primera necesidad.
Si una campaña dentro de la llamada democracia representativa es costosa, los beneficiados por los efectos colaterales son los empresarios. Ellos podrían hacer y lograr que en las campañas se invierta menos dinero, sencillamente cerrando sus cajas fuertes y diciendo no a las peticiones de los políticos.
Más que simples declaraciones, los empresarios deberían entrar en el desarrollo de una agenda nacional para el progreso. A pesar de los cientos de millones de pesos que invierten en sus empresas, muchos empresarios son indolentes ante la suerte de sus trabajadores y del pueblo en general.
Debe darse un capitalismo con rostro humano, y no con cara surcada por ritus de terror. Hay que iniciar una política de pleno empleo, para lograr que más dominicanos puedan conseguir su comida a diario.
Tienen derecho a preocuparse los empresarios, pero también deben demostrar tener esos mismos dolores de cabeza cuando se hable del hambre y la miseria que carcome a este pais.
Atentamente,
Manuel Hernández Villeta