Su Santidad Papa Francisco
Señor director:
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La excesiva migración haitiana está teniendo serias consecuencias para la población socialmente marginada de nuestro país, así como también a una parte importante de la ya empobrecida clase media. Estas consecuencias se traducen en: la suplantación en los empleos y en los servicios básicos. Más del 80% de los empleos en el sector de la Construcción, sector de la economía que ha tenido un gran crecimiento, son ocupados por los haitianos, mientras nuestros albañiles están vagando por las calles sin trabajo, y sin tener un foro internacional que acoja la violación de sus derechos en su propio territorio.
Es indeterminada la cantidad de aulas que en las escuelas públicas del nivel primario y nivel medio, están ocupadas por nacionales de Haití, y en algunos lugares se han exteriorizado las quejas de que primero se están inscribiendo estudiantes haitianos, y luego los dominicanos, registrándose muchos casos donde estos últimos se han quedado fuera de las aulas. En muchos casos, es más fácil para un estudiante haitiano conseguir una beca, que un dominicano, con la preparación suficiente, la obtenga.
Por lo que es el servicio de salud, el escenario no podía ser peor. Los haitianos y haitianas consumen un elevado porcentaje del presupuesto de salud del gobierno dominicano, incluido aquí el servicio de parturientas que abarrotan diariamente todas las maternidades en perjuicio de las parturientas dominicanas. A todo esto se le agrega también los médicos dominicanos, poco a poco están siendo suplantados en los hospitales públicos y en las clínicas privadas. Igual está ocurriendo con la capacidad de asientos en el servicio público del transporte, así como en los permisos para operar determinadas rutas de transporte público y privado.
Por otra parte, en el área docente, y en área laboral tan importante como el turismo de hoteles y restaurante, la presencia de haitianos compite, y a veces puede ser superior a la de los dominicanos. Estas han sido solo algunas de las verdades que están haciendo a los dominicanos y dominicanas víctimas de la excesiva migración haitiana, y del concepto de humanismo con que hemos estado operando tanto de manera espontánea, como de forma inducida.
Atentamente,
Nieves Lidia Emeterio Rondón, Melania
lidiamelania@claro.net.do