Duarte y revolución moral
Señor director:
Al conmemorarse el 203 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte, padre de la Patria, resulta propicia en tan histórica fecha centrar la reflexión en torno a los principales valores que nos legara el mentor de la Independencia Nacional y con él, todos los patricios que lucharon para construir una patria libre, soberana, independiente, pero sobre todo justa.
Durante todo el Mes de la Patria rendimos tributo a Juan Pablo Duarte, fundamentalmente los estudiantes y egresados de las universidades, que son los responsables de conducir esta reflexión, en momentos que la sociedad dominicana, a juicio de muchos analistas, transita por una etapa en la cual lo que se advierte son signos evidentes de negación de los valores duartianos.
El pensamiento de Duarte tiene muchas dimensiones. La primera, su lucha intensa por la independencia y la soberanía nacional. Y la segunda, su prédica por la institucionalidad y un Estado de derecho y profundamente ético, como lo predicó con el ejemplo.
Hoy más que nunca estamos compelidos, adoptando como referencia los valores y principios duartianos , a desarrollar entre todos los ciudadanos de este país, la conciencia del cambio y la transformación, encaminada a producir una profunda revolución moral en la sociedad dominicana, entre todos los sectores sociales, a los fines de rescatar todas las instituciones del tejido político, jurídico, estatal y legislativo, las cuales no están concentradas y centralizadas en el servicio de los mejores intereses de la Patria que construyó Duarte.
La advertencia duartiana de que “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón, y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”, es muy oportuna para este momento en que la corrupción, la impunidad, la delincuencia y el afán desmedido de riquezas amenazan los cimientos mismos de la nacionalidad.
Nos corresponde a todos nosotros, pero muy especialmente a los jóvenes estudiantes, contribuir realmente a completar la obra de Duarte, que no sólo representó independencia y libertad sino, además, principios éticos y morales para orientar el ejercicio del poder sobre la base de la convivencia armoniosa y justa de todos los ciudadanos.
Atentamente,
Francisco D´Oleo*
Vicerrector académico
de UNAPEC