Desamparo total
Señor director:
Silenciosamente, como si República Dominicana fuera un pueblo fantasma, en los últimos días han sido aumentados de precios artículos de consumo diario de mucha demanda, sin que ninguna autoridad intervenga o dé una explicación.
Tal es el caso del pollo, probablemente uno de los alimentos de mayor demanda entre los dominicanos, cuyo precio aumentó de 45 y 46 pesos la libra a 48 y 50 pesos.
Cualquiera diría que ese es un amento pírrico de cinco pesos, pero para el que gana “un sueldo cebolla” es una calamidad.
Tal aumento de precio no importa porque al parecer, ni los periodistas, ni los funcionarios del Gobierno consumen ese tipo de carne.
Los aumentos no se quedan ahí. Hace ya algunas semanas vimos cómo el chocolate aumentó su precio de siete a diez pesos la tableta, pero para desdicha de esta nación, los periodistas no se dieron cuenta, ni los servidores del Gobierno tampoco.
Otros aumentos de precios ya se registraron en el café, los arroces en sus distintas variedades, las leches, los embutidos y una gran cantidad de productos agrícolas.
Esos aumentos ocurren en un Gobierno democrático y liberal, muy contrario a los regímenes del doctor Joaquín Balaguer, al que casi todos criticábamos por ser uno de los Gobiernos más tiránicos que creíamos haber conocido. Pero nos faltaba por ver lo que nunca habíamos visto.
Tal situación no preocupa para nada a los funcionarios que ganan hasta 60 veces el salario que devenga un raso de la Policía.
Con los aguaceros que se han registrado en las últimas siete semanas, ni pensar en berenjenas, tayotas, bacalao y otros sustitutos de la carne, aunque tengan menos proteínas.
Recordando a Balaguer hay que señalar que éste nunca permitió aumentos de precios en el pan, los plátanos, la harina, los pasajes del concho, en la tarifa eléctrica, ni en el galón de gasolina.
Sin embargo, los gobernantes de ahora, que eran los llamados a liberar el país, y a defender al pueblo, permiten de todo y no hacen nada.
Así están las cosas en la República Dominicana, donde cada quien quiere dinero, rápido y mucho sin tomar en cuenta la situación de los demás, aunque sean nuestros padres.
Atentamente,
Ramona Cuevas Sena
(Marola)