La cuña del mismo palo
Las elecciones del 15 de mayo de 2016 no se ganarán ni se perderán ese día, sino en el tiempo que le precede; el éxito se alcanzará si se toma en cuenta cada detalle del programa y se conduce el trabajo de forma disciplinada; si se decide bien por donde avanzar y se cuidan celosamente los flancos.
Creer que el adversario está distraído es una idea que conduce a la subestimación, uno de los mayores errores en la política. No olvidar que si este se siente sitiado se hace mucho más peligroso y pérfido.
Danilo Medina y sus partidarios están pasando por grandes dificultades al recibir cada vez más el repudio a su repostulación presidencial, pero tienen a su favor todo el poder del Estado y sus instituciones.
Para poder vencerlos, sus opositores deben tener un solo y firme propósito; uniendo sus voces y voluntades; homogenizando los esfuerzos, y sincronizando sin vacilación los ataques a los blancos acordados.
Los que están en el poder tienen un prontuario en la creación de disidencias y descrédito en la oposición, cómo estimular la vanidad, así como alborotar a resentidos sociales, mediocres y disociadores profesionales.
Los sindicatos, gremios, asociaciones, clubes y partidos opositores que el peledeismo en el poder no ha logrado dividir, les ha cooptado a sus dirigentes, mediante el clientelismo y los recursos públicos.
Los opositores deben cuidarse de la incursión de caballos de Troya a sus fortificaciones, de ciertos consejeros de ocasión, quintas columnas y lobos disfrazados de ovejitas mansas al servicio del oficialismo.
Recordemos que “no hay peor cuña que la del mismo palo”, y como decía don Quijote a su escudero Sancho, “…no hay refrán que no sea verdadero, porque son sentencias sacadas de la mesma experiencia…”.