Por más prisa y necesidad que se tenga en la reapertura de la economía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) insiste en que los gobiernos de América Latina tienen que actuar con cautela para evitar peores consecuencias por los efectos del coronavirus.
Los más de 100 mil fallecidos en la región, que representan alrededor del 25% a nivel global, son tomados como indicador de que estos países no pueden precipitar una reapertura de las actividades productivas sin observar el protocolo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque reconoce la presión en algunos países por la alta tasa de informalidad, la poca preparación para lidiar con rebrotes, la limitación de camas en hospitales y la escasez de recursos para pruebas, estima de todas formas que la prudencia en la reanudación de las actividades comerciales es más que necesaria.
El FMI proyecta caída en todos los países, con Perú, México, Argentina y Brasil entre los más afectados. En el caso de República Dominicana, que desde el miércoles inicia la reapertura de vuelos internacionales y la industria turística, la prudencia que recomienda el FMI debe observarse al pie de la letra en beneficio de la economía.