El martes, Bill Chisholm adquirió oficialmente a los Celtics. Hace meses se supo que Wyc Grousebeck tenía la intención de vender la franquicia a Chisholm, pero aún quedaban muchos trámites por superar y más detalles por resolver antes de que la NBA aprobara la venta. A principios de este mes, la liga autorizó la transacción y el equipo emitió un comunicado el martes anunciando la compra como definitiva.

Es una nueva era para Boston y puede que esto ponga nerviosos a los aficionados, ya que los nuevos dueños de franquicias deportivas suelen implementar cambios radicales desde el momento en que asumen el cargo, con el objetivo de dejar huella y remodelar la organización para que se ajuste a su visión. Ni siquiera el reciente campeonato de los Celtics protege necesariamente a la franquicia de eso.

Chisholm y los demás miembros de su grupo de propietarios acaban de desembolsar más de 6 mil millones de dólares por el equipo a cambio del derecho a tomar esas decisiones.

En declaraciones a Adam Himmelsbach, del Boston Globe, Chisholm mostró un claro apoyo al equipo directivo actual, encabezado por el presidente de operaciones de baloncesto, Brad Stevens, y el entrenador principal, Joe Mazzulla.

Por: Liam McKeone
Sports Illustrated