Es siempre grata. Nos llega con una sensación de paz y tranquilidad. Asociada al sentido de pertenencia, es el componente y motivo principal de eso que llamamos tejido social. Se manifiesta con verdadera fuerza y calidez, más en los sentimientos e ideas que en la distancia.
Las almas que se aman o, simplemente, se atraen, siempre estarán unidas sin importar la distancia. Las redes sociales tienen la “magia” de agrupar o congregar a seres que no se conocen, creando una vecindad virtual basada en una proximidad artificial, por tanto, ficticia.
Incluso, nos facilita contactos con un simple click, pretendiendo sustituir el esencial esfuerzo del encuentro personal. Nada supera un café entre amigos.
La amistad que rebasa todas las pruebas es, sin embargo, la que surge de los contactos reales, en los que dos o más personas se convencen recíprocamente de haber encontrado en el otro confianza, intereses comunes y emociones (penas y alegrías) compartidas, sobre los que se puede levantar una relación duradera.
Una forma maravillosa e infalible de proyectarnos y encontrar una prolongación o -en el mejor de los casos-, ver en el otro, un espejo de nuestra versión más inspiradora.
Productiva.
Nada supera un café entre amigos
Solemos distraernos en el juego de las inmediaciones e inmediatez digital, facilitadas por sofisticados y avanzados recursos técnicos de última generación para burlar las reglas de la cercanía física, factor fundamental en toda relación.
Con frecuencia, aparece un espejismo o espectro entre las ofertas o propuestas del mundo virtual que tiende a confundirnos, restando así credibilidad y confiabilidad a un medio tan necesario -digamos que imprescindible-, como las telecomunicaciones.
Factor de riesgo que nos remite necesariamente de nuevo al uso de medios análogos como forma de protección y garantía en beneficio de las convenciones, el buen uso y aprovechamiento de la comunicación como instrumento ideal, insustituible, en la formación, información y educación. Otra forma de auspiciar y aprovechar las virtudes de una verdadera cer

