Tras casi 40 días, el cierre del Gobierno de Estados Unidos, que se convirtió en el más largo de la historia, todavía no se ha solucionado, pero sí ha superado el peor obstáculo, que de paso representó una dura prueba para el liderazgo del presidente Donald Trump.
Por la dimensión política y económica, ocho senadores demócratas pactaron con los republicanos para terminar la crisis en la financiación de la Administración federal. Antes de llegar al acuerdo hubo 14 intentos que no prosperaron porque los demócratas estaban cerrados a banda en sus reclamos.
El tranque evidenció que los legisladores republicanos, que tienen un disidente en el senador de Kentucky, ni el propio presidente Trump demostraron en las negociaciones mayor capacidad de liderazgo.
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El proceso puede tomar todavía unos días, pero la mayoría con que cuentan los republicanos en la Cámara de Representantes anticipa que lo peor ha pasado con relación al presupuesto estadounidense. Y colorín, colorado.

