Cárceles dañinas

Si los reclusos no salen peor de las cárceles, al menos no se regeneran en los centros penitenciarios. Diferentes crímenes, atracos y otros delitos en que han participado prisioneros y exprisioneros describen una pésima imagen del modelo carcelario. En el atentado en que resultó herido el expelotero David Ortiz participaron presos y otros que tenían poco tiempo que habían salido de las rejas. En el atraco en que resultó herido el mayor que custodiaba la residencia de los padres de la esposa del presidente Danilo Medina también intervinieron expresidiarios.

Y ahora en Barahona un hombre que apenas tenía tres días que había salido de la cárcel mató a otro durante un atraco. Los distintos sucesos no pueden calificarse de meras coincidencias.

Los detenidos no consiguen en la prisión la regeneración para una vez cumplan las penas reintegrarse a la sociedad como seres respetuosos de la vida del prójimo y de las leyes, sino, como evidencian los hechos, que vuelven a delinquir tan pronto ponen un pie en la calle. Los diferentes casos son un sonoro toque de atención sobre la necesidad de revisar el sistema penitenciario.