No basta denuncia

De tanto hablarse es más que sabido que la corrupción y la impunidad han corroído el sistema democrático en la región. Hay países donde las votaciones, por demás amañadas, es el único elemento que caracteriza la lucha y el ejercicio del poder.

Así las cosas, no basta con que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denuncie que la corrupción y el descrédito de la clase política han corroído la calidad de la democracia en América Latina.

Todos los estudios muestran una reducción altamente preocupante, como el último de Latinobarómetro, que citó, según el cual de 2008 a 2018 el modelo descendió de un 44 a un 24%.

El sistema político no es un modelo de perfección, pero teniéndose en cuenta los factores que más lo han afectado lo que procede es explorar fórmulas eficaces que contribuyan a combatir las lacras que tanto lo desacreditan.

Contra la corrupción existe un programa de las Naciones Unidas, que ha dado buenos resultados en países como Guatemala, que bien se pudiera impulsar para que se acoja en otras naciones. Demostrado está que con denunciarlos, los males no se van a resolver. Se necesita lo que ha faltado: acción.