Otro estigma

Tiene demasiadas aristas como para pasar como un caso aislado la detención en Nueva York por asuntos de drogas del excónsul dominicano en Jamaica.

El caso de Jeremías Jiménez Cruz constituye, de entrada, otra lección para el Gobierno en cuanto a la selección del personal para representar el país en el exterior. Amén del daño que recibe la imagen de la nación cada vez que uno de sus representantes es vinculado con el tráfico de drogas, el contrabando, la trata de personas, falsificación de documentos o alguna otra práctica delictiva. Jiménez Cruz, quien ingresó al servicio exterior en 2004 como vicecónsul en Frankfort, Alemania, había sido destituido en 2017 como cónsul en Jamaica.

La acusación establece que utilizaba el cargo para transportar cocaína a Estados Unidos, en un avión de su propiedad, y para lavar dinero. Cierto que todavía hay que probarle los cargos, pero la detención y acusación constituyen un estigma que el Ministerio de Relaciones Exteriores no puede pasar por alto.

El caso demanda, si no una depuración, por lo menos más rigor en la designación de cónsules, diplomáticos y empleados en el servicio exterior.