La ONU en Haití
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se había fijado un plazo límite para concluir su misión de 15 años en Haití. Pero en ese momento su Consejo de Seguridad no preveía la convulsión social que hoy sacude a la vecina República en demanda de la renuncia del presidente Jovenel Moïse y de que se castigue a los responsables de la corrupción con los fondos de Petrocaribe.
Llegado el día los soldados de la ONU recogieron sus pertrechos y salieron en bola de humo, dejando a Haití con una policía sin capacidad para garantizar la gobernabilidad. El panorama que transita la nación demanda un mayor sacrificio de las fuerzas de la ONU.
En Haití no se sabe lo que puede ocurrir. Pero era tanta la prisa que había por dejar ese país infernal, que la embajadora de Estados Unidos ante la ONU se refirió a la decisión como un “día histórico”.
Exhortar a los actores políticos, sociales y económicos a trabajar pacíficamente para encarar los desafíos resulta hasta cínico en los actuales momentos. El Consejo de Seguridad de la ONU tenía que prolongar la presencia de sus soldados hasta que la situación se normalizara antes que largarse con el rancho ardiendo.
