Las ilegalidades, trampas, fraudes, JCE babieca (por parcial) e intervenciones de EEUU-USAID, desplegadas en las primarias de octubre 2019, se han seguido cometiendo e incrementando.
Podrían variar algunas modalidades y poses, que incluyen compra de cédulas alejadas de centros de votación y operadas por puntos de drogas; “fiscales electorales” bajo control Jean Alain; campañas empresariales, eclesiales e institucionales, cargadas contra quienes venden cédulas y votos (no contra quienes las compran); y apelaciones a confiar en una JCE que no es árbitro sino parte, solo que USAID y embajada gringa están metidas en sus entrañas.
La intervención de las candidaturas presidenciales está sobredimensionada, evidenciando la inexistencia de “separación de poderes” y de gobiernos propiamente municipales. Se habla de elecciones separadas, pero se evidencia que las campañas están impunemente fundidas, violando Constitución y leyes.
Una herencias de las primarias son dos PLD: uno oficialista (Danilo con su Penco) y otro opositor (Leonel y su FP).
Esta última, además de sumar a sus partiditos satélites (PRSC, BIS, FNP, PQDC Y PUN) y pactar con PRM y comparsa, camino a un gran fracaso en votaciones de hoy, decidió trampear a todos; anunciando la fórmula “aguacate morao”, con la que intenta esconder sus grandes debilidades en esta contienda.
Otra es la inevitable derrota de Papá, aunque procurando de inmediato garantizar la jugosa Alcaldía-DN, con Carolina asociada al Emprendedor, Vicini de por medio, a cambio de la vice para un David incapaz de enfrentarse a Goliat. Negocio por doquier.
Así las cosas, hoy los pencos están más debilitados y podrían salir peor en las votaciones, dependiendo de la efectividad de sus fraudes, con el riesgo de traumatizar todo o una buena parte del proceso. Con su aliado PRD al borde de la extinción, como está el PRSC de Leonel, ahora disgustado por los aguacates.
Los abinaderes lucen punteros, y no por méritos propios, sino porque gran parte de la sociedad abusada y los movimientos sociales en lucha, han desgastado a su contrario; y porque el accionar de Marcha Verde contra la impunidad ha precipitado su descrédito y su división.
En verdad no hay voto positivo, sino que éste está tan podrido que puede venderse y tiene mercado, y que parte del pueblo se resiste a usarlo y otra lo emplea como voto castigo.
El volumen de corrupción, negocio, impunidad y angurria es tan grande que la resultante será un gran asalto a los municipios,nuevamente a cargo de la partidocracia y capitales gansterizados.
