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¿Conoces tu vecinos?

¿Conoces tu vecinos?

Ernesto Guerrero

Cada vez con mayor frecuencia las personas se inclinan por vivir aisladas de la sociedad. La radio, TV, el chat en los teléfonos inteligentes, se convierten en el principal medio de contacto con el mundo exterior. No obstante, es sabido que los lazos de confianza y amistad que se pueden llegar a crear entre vecinos, igualan o superan los familiares.

Desde el surgimiento de comunidades en los grupos más primitivos, era necesaria la comunicación y la convivencia. Paradójicamente, ahora estamos menos conectados corporalmente. Cuando llegues a un nuevo edificio, barrio o residencial, establece una buena relación con tus vecinos.

Sé cordial. Acciones como saludar o presentarte si eres nuevo, hablan bien de ti y generan un trato amable. Sé un vecino solidario: Practica pequeñas acciones que muestren tu respaldo. Por ejemplo: informarse cuando van a salir de viaje, o si alguna vez alguien necesita tu ayuda para una mudanza, recomendación de un servicio o mover un vehículo.
Evita ser un vecino ruidoso. Claro, es tu casa y tú puedes escuchar música, hacer las fiestas que quieras, pero, tus vecinos también tienen derecho a descansar por las noches, a tener tranquilidad y un ambiente de paz a su alrededor. Cuando creas que perturbarás un poco el orden, habla con ellos y avisa antes qué tienes planeado hacer.

Tener una mascota casera es muy válido, pero recuerda que esta necesita atención y cuidados; además las mascotas terminan formando parte de la convivencia vecinal. Para evitar quejas por olores, limpia tu hogar, saca a tu mascota a pasear con su correa para no incitar malas caras, recoge sus desechos y edúcala para que haga el menor ruido posible.
Es tu responsabilidad directa, pagar los gastos en común: el guardián que cuida la caseta o el mantenimiento de espacios verdes, por ejemplo. Así que trata de aportar mensualmente la cantidad necesaria, recuerda que esto también será para tu beneficio.

Son los vecinos quienes te pueden auxiliar rápidamente ante cualquier eventualidad, y si llegara a haber un problema o desacuerdo, primero aborda la situación de forma calmada, sin recurrir a gritos ni mucho menos a golpes. Un buen “vecino” es aquél que está ahí cuando lo necesitan, dispuesto a ayudar en las buenas y en las malas.