La consulta a distintos sectores sobre el año escolar efectuada por el próximo ministro de Educación, Roberto Fulcar, manda una buena señal en torno a los ejes que sustentarán su gestión. En un sector en que interactúan tantos intereses las decisiones no se pueden tomar en forma unilateral. Y menos todavía cuando se tiene como meta elaborar políticas para mejorar la calidad de la enseñanza, que al fin y al cabo es el gran reto del sistema educativo. Los encuentros que Fulcar ha sostenido con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Acción Empresarial por la Educación (Educa), grupos religiosos y otros señalan no solo un acercamiento protocolar, sino el interés de conocer el parecer de los entes más representativos sobre la realidad del sistema. No deja de ser paradójico que la cuantiosa inversión no se haya traducido en una mejoría de la calidad de la enseñanza.
El Nacional
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