Interés frontera
De un tiempo a esta parte ha aumentado la preocupación de las autoridades dominicanas por el control y la seguridad alrededor de la zona fronteriza. El problema ha estado, como es obvio, en la visita no oficial a la vecina República del canciller dominicano Roberto Álvarez, así como en el acuerdo suscrito por los presidentes Jovenel Moïse y Luis Abinader. Por el impacto de la franja en las relaciones domínico haitianas la trascendencia de la zona es más que obvia. Pero el encuentro del ministro de Defensa, Carlos Díaz Morfa, y del director de la Policía, Edward Sánchez González, con los jefes de la Policía de aquella nación plantea incógnitas sobre el interés y la preocupación en torno a la franja de 391 kilómetros de longitud. Las autoridades dominicanas no plantearon a las haitianas el diseño ni el costo de la verja perimetral que anunció el presidente Abinader. Tampoco el caso de los exfuncionarios haitianos que ingresaron ilegalmente y que están detenidos aquí, ni a pedirles mayor esfuerzo para controlar el flujo migratorio hacia esta parte de la isla. Lo que se deduce es que ese encuentro fue para abordar casos específicos y espinosos que tienen que ver con la trata de personas, contrabando de armas, narcotráfico, la utilización de la frontera para ingresar de manera ilegal vehículos y mercancías desde República Dominicana. La dimensión de las operaciones tiene que ser grave. Es la cooperación que puede proporcionar la Policía. Al ser entre militares el tema del encuentro tenía que ser la seguridad y la criminalidad.

