Otra vez, el entorno del Palacio Nacional, sede del Gobierno y la edificación más emblemática de la nación está convertido en un estacionamiento, donde conductores desaprensivos aparcan vehículos en aceras, contenes y calzada.

Funcionarios de todos los niveles, empleados de la sede del Gobierno y visitantes, estacionan en esas calles sus vehículos, a veces durante un día completo, sin importar que incurren en violaciones de varias normativas.

Algunos expertos en seguridad han advertido que las calles adyacentes al Palacio Presidencial deben ser consideradas zonas de máxima protección.

Sin importar los letreros de “No estacione”, “Peligro grúa”, es normal ver carros y yipetas estacionados a ambos lados de las vías, e incluso sobre las aceras.
Al parecer, a los conductores no le importa las violaciones a las leyes de tránsito y normas municipales.

Tampoco los agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) ni la Guardia Presidencial muestran interés en hacer cumplir las leyes o mantener limpio el entorno de la Casa de Gobierno.

Un recorrido realizado esta mañana por reporteros de El Nacional observaron como aumenta el caos y el desorden en las calles Julio Verne, Doctor Báez, Moisés García, Pedro Henríquez Ureña, Doctor Delgado, Galván, Rodríguez Objío, Rosa Duarte, y otras que circundan el palacio de Gobierno, sin que la situación llame la atención de las autoridades.

La explicación posiblemente podría definirse en que este caos es motivado por la falta de parqueos en la zona, donde además del Palacio hay otras oficinas gubernamentales.
Pero ahora esto ha empeorado ya que al llegar un nuevo gobierno aumenta el movimiento de personas en busca de empleos en el Estado.

Por: Jorge Gonzaléz
jgo.jorgegonzalez@gmail.com