Muy ajena a todo el ajetreo y el bullicio de la ciudad que se desvanecen ante la serenidad de la naturaleza, una cotorra de un intenso color verde, en lo alto de un árbol de mango se deleita con una de sus maduras frutas. Este instante capturado por la lente del fotoperiodista Jorge González muestra cómo la vida silvestre encuentra su propio paraíso en medio del caos urbano. Es común ver en horas de la tarde periquitos de diversas especies aleteando sobre los árboles de muchos sectores de la capital.