La democracia dominicana es frágil. Ha logrado capear temporales y al final logra el triunfo. Los Estados Unidos son el poder mandante en las relacione bileterales, y de ahí se producen hechos cuestionados.
El permitir utilizar el país como un trampolín de soldados y sus equipos no presenta el menor cuadro de vivencia en democracia. Venezuela tiene su experimento partidista, que no debe ni puede ser tronchado por simples deseos de grandes potencias.

Con Venezuela se está a filo de la navaja con denuncias de fraude electoral, el intentar dar un golpe de Estado a los chavistas, y políticos de antaño que buscan recaucharse.

En Venezela han fracasado las acciones tendentes a colocar otro gobierno. No solo el desatino es por los chavistas, sino que la misma oposición está carcomida.

Venezuela necesita dar un salto adelante, y pasar por encima a la desestabilización actual. Se debe consolidar un gobierno representativo, la crisis tiene que tener salida, y la más socorrida son bombardeos selectivos para dañar su parque bélico.

Además, los eEstados Unidos juegan s la posibilidad de que un destacamento militar de cierta importancia se subleve, lo cual le permitiría entrar tras bastidores con todas sus fuerzas.
Es difícil poder señalar cuál es la situación más importante para poner fin al cerco de los Estados Unidos a Venezuela.

Vista la correlación de fuerzas, los norteamericanos cuentan con una importante avanzada militar que puede pulverizar al gobierno de Maduro.

En el área se encuentra el portaaviones mejor equipado del mundo, una clara señal de que los norteamericanos van con todo para desalojar a Maduro del poder. En un plan pragmático se podría decir que lo más importante para Maduro y su equipo, es negociar, sino la salida, por lo menos las expectativas. Al parece los chavistas no tienen el exilio como una de sus metas.

Debe abrirse un diálogo claro y fuerte entre los Estados Unidos y Venezuela. Los norteamericanos no se pueden levantar como los gendarmes del mundo. Ya ese tiempo pasó, y hoy la democracia debe florecer en todos los países.

Desde luego que los norteamericanos tienen sus dictadores favoritos, sus compañeros de viaje, y ese carnet lo tienen hoy en exhibición con la oposición venezolana.

La República Dominicana no tiene nada que buscar en la crisis venezolana y es hora de de sacar las manos de la candela. Ya es un hecho que los norteamericanos utilizaran aeropuertos dominicanos en sus planes logísticos con Venezuela. Dejemos que florezca la democracia en latinoamericana.

Por: Manuel Hernández Villeta