Haití y la República Dominicana (II)
En nuestra columna anterior, contrario a lo que ha sido la conducta del autor de “Crónica del Presente”, hicimos mención del libro nuestro titulado “Haití y la República Dominicana: Un origen y dos destinos” que fue puesto en circulación en mayo del año 2011 y que ahora va a su tercera edición, porque ha tenido una demanda aceptable, tanto en nuestro país, como en otros países de la región del Caribe y en España también igual que en Estados Unidos, lugares donde existen numerosas colonias de dominicanos. Pues bien, he recibido infinidad de llamadas de personas que al parecer han conseguido ejemplares del libro, particularmente en la “Librería Cuesta” de la 27 de Febrero esquina Abraham Lincoln, que es el establecimiento comercial que vende, desde hace años, las obras que hemos puesto en circulación.
Algunas de las personas, varios amigos y otras personas que no tengo el placer de conocer personalmente, han dispensado elogios a este ensayo porque consideran, algo inmerecido, que nuestro libro es la verdadera historia del pueblo haitiano, escrita desde sus orígenes y el proceso de su dolorosa existencia como colonia francesa de la isla de Santo Domingo, en cuyo escenario trabajaron, murieron y combatieron miles de seres humanos que fueron trasportados desde la costa africana del Atlántico, durante el periodo comprendido entre inicios del siglo XVIII hasta los primeros años del siglo XIX, cuando repercutió de manera directa, profunda y radical, la Revolución Francesa que se inició en 1789.
Pero lo que realmente llama la atención a un sector importante de los que se han comunicado con nosotros, es que se identifican totalmente con nuestras conclusiones expuestas con absoluta claridad, desde el primero de los trabajos que en ella hemos reproducido bajo el titulo “El intelectual dominicano frente a la realidad haitiana”, conclusiones irrefutables por la profundidad, responsabilidad y seriedad que ellas recogen.
Ahora en estos momentos todo lo que hemos recogido, relatado y comentado en “Haití y la República Dominicana: Un origen y dos destinos”, se convierte en una dolorosa, irrespetuosa, agresiva, difamadora y calumniadora, expresión coherente, malvada y traicionera. Agresión financiada en primer lugar por el gobierno de Estados Unidos de América, Canadá y Francia, que han terminado en la ejecución de ese plan contra la nación dominicana, poniendo a su servicio esa desprestigiada, atrevida y mal oliente organización que responde al nombre de la Organización de Estados Americanos (OEA), olvidando los financiadores y auspiciadores de la ejecución de esos planes, que este es el único pueblo de América que se ha visto obligado a combatir físicamente, en numerosas ocasiones, por su integridad como nación, su soberanía y sociedad organizada, siguiendo las normas del sistema republicano.
La presencia en nuestro país de una comisión de la OEA, recibida en nuestro territorio con la cortesía y el respeto que no se merecen, como conducta coherente y propia del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana que preside el compañero Danilo Medina Sánchez, comportamiento que ha terminado callándoles las bocas a ese grupo indecoroso, chantajista y oportunista, organizados en ONG financiadas en su mayoría por el gobierno estadounidense, que ha servido notablemente para recordar a los extranjeros, que las estrofas finales de nuestro Himno dicen “¡Ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil”! ¡Continuaremos!