El relato bíblico sobre la victoria de David sobre Goliat es una auténtica inspiración. Se enmarca de forma perfecta en la realidad social y política actual de la República Dominicana, nuevamente golpeada por el abuso de poder del partido de Gobierno y del presidente Danilo Medina que, digno del mejor ejemplo de amnesia, olvidó sus promesas y se embarcó en una reelección con terribles consecuencias para la ya débil y golpeadainstitucionalidad democrática.

El Estado, controlado por el PLD, es un gigante embriagado por el poder y el enriquecimiento ilícito; es un gigante que tiene al país condenado a la pobreza, al desempleo, a la violencia y la corrupción, a un rumbo insostenible que debemos evitar a toda costa. Y ahora, el PLD, aliado al PRD, en una negación total de los principios de José Francisco Peña Gómez. El presidente Danilo Medina pretende convertirse en el dueño absoluto del Estado, más que incluso, Pinochet, en la década de los ochenta.

¿Cómo le ganaremos e impediremos el secuestro de la democracia? Llevando al Gobierno a mujeres y hombres comprometidos con el bien común, ejemplos de que siendo aún el David en esta historia, logrará una victoria por el futuro.

Ese es el compromiso de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), sacar del poder a la corrupción, abrir la puerta para permitir el retorno de la democracia y la institucionalidad, a los jóvenes, a las mujeres, a los hombres que anhelan por una oportunidad de trabajar y así sacar adelante a sus familias; para que el futuro que hoy luce sombrío, se convierta en un porvenir donde nadie quede excluido, donde el Gobierno sea plural y transparente, trabajando por todas y todos los dominicanos.

El PRM ha avanzado hacia su fortaleza interna, y hoy trabaja en una Mesa de Articulación, con diversos sectores sociales y políticos agrupados, unificando criterios y acciones de carácter programático para colocar al ciudadano en el eje de la política. Otros se acercan a nuestras filas porque comienzan a ver la esperanza renacida, nuevas caras, nuevas ideas, una nueva visión de país.

Nuestro candidato presidencial fue claro: no prometemos cosas inalcanzables, pero garantizamos trabajar sin pausa por el presente y el futuro, garantizamos por sobre todo cumplir nuestra palabra y no caer en la amnesia política de decir una cosa y hacer otra. Somos consecuentes, lo hemos demostrado y lo demostraremos a partir de mayo de 2016 cuando una nueva era comience, inspirados en Peña Gómez, apoyados por el pueblo y con la nueva esperanza que representa Luis Abinader.