Verdades que son verdad

Por más de 28 años he tenido que escribir una o dos veces por semana esta columna que en sus primeros 26 se llamó “algo más que salud”. Debo escribir, y ya otras veces lo he planteado, buscando que le agrade a vosotros los lectores, que se ajuste a la línea del periódico, que no sea pasible de demanda y sobre todo, lo primero de lo primero: que me guste.

Por eso agradecí que la pasada semana se atravesara en el medio el 13 aniversario del 9-11, para no tener que elucubrar sobre la objeción del Presidente a la ley de Parque Nacional de Loma Miranda, y empiezo a soltarle algunas verdades inquebrantables: Estoy convencido que Loma Miranda no debe ser explotada, y lo defenderé con todas mis fuerzas, y en ese tenor fui uno de los 30 hombres y mujeres que del 23 al 27 de Febrero de este año hicimos el recorrido a pie desde la falda de la montaña hasta el parque Independencia, pero “No se le puede pedir peras al olmo”.

Por mucho que quiera presentarse como tal nuestro presidente no es Evo Morales, ni Michel Bachelet, ni Rafael Correa, ni Pepe Mujica y mucho menos Fidel Castro; se llama Danilo Medina y se debe a intereses más allá de lo que puedan ser sus deseos.

Otra verdad más grande que el monumento de Santiago es que al tener que decidirme entre lo que digan sobre un gallero el flamante asesor del presidente en materia de Drogas y el Procurador General de la República tengan por seguro que el último lo hará sin ningún propósito personal ulterior, sin intereses particulares que guardar o proteger, ni favores que satisfacer, ni mucho menos indelicadezas que cobrar.