Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

 POR: José Díaz

asesaijd@gmail.com

 

Jesús en la mira

 

A Julio que vivió al filo  de la navaja
Estamos a las puertas de la Semana Mayor correspondiente al 2014. En los 28 años de este espacio he planteado los más variopintos temas; muchos de ellos religiosos, otros políticos, algunos de corte existencialista, pero ahora, en este preciso momento en que las canas nublan mi sien y que he vivido fracasos y derrotas, con algunos éxitos intercalados, quiero llamarme a la reflexión, y al hacerlo para conmigo, influenciado por lo que fue Jesús, pienso que puede servirle a ustedes.

No existe, entiendo, la felicidad en los oportunistas, malos de corazón y los desleales. Pueden sentirse a gusto con lo que obtienen, gracias a sus malas artes y traiciones, pero en el fondo eso no debe dejar un sano disfrute. Siempre nos debe quedar la satisfacción, a los pendejos, de que a pesar de no disfrutar de las posesiones y los honores, el haber vivido una vida correcta, digna, sin daños intencionales a terceros. Con ello se tiene, sin haberlo buscado, el enorme placer de vivir en la decencia, llámele como le parezca: una existencia ajustada al cristianismo, la realización búdica, la perfección brahamana, el instante en instante de Krishnamurti o el alcanzar ser uno con el universo de los mayas.

En ese tenor, entiendo que hay que salir lo mejor posible de las relacionesque establecemos, cada quien buscando sentirse a gusto y de no dañar a otros. Somos seres gregarios, definitivamente no existiéramos si no tuviésemos con quien relacionarnos, lo que no se justifica es la mentira, la deslealtad. No es válido crecer o “ser feliz” a expensas del sufrimiento de otro. De ahí que la máxima de mi tía Celeste de que cada quien debe cuidarse a sí mismo, en primer orden, es válida si en ese cuidarnos no dañamos a otros.

Estas reflexiones, previas a la Semana Mayor, las hacemos con la plena convicción de que podemos ser mejores personas, solo tenemos que proponérnoslo y militarlo. El ejemplo de Jesús sirve cada día más por los siglos de los siglos, amen.

El Nacional

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