QUINTAESENCIA

Cuidemos a Miriam

Cuidemos a Miriam

Rafael Ciprián

La honorable magistrada Miriam Germán, Procuradora General de la República, fue objeto de una amenaza de muerte. El que se atrevió a condenarla es un calificado capo o jefe de una banda de narcotraficantes que se encuentra en España.

Se dijo que la causa que llevó a ese narco a accionar a larga distancia, por la vía telefónica, contra la magistrada Germán, fueron los cambios que ella realizó en el sistema penitenciario dominicano. Esos cambios afectaron la red de negocios que operaba la organización del agresor. Lo hizo perder millones de pesos.

Todos los que tenemos una mínima información de lo que pasa en las cárceles de todo el país no podemos alegar ignorancia de esa situación.

Cuidemos a Miriam
Miriam Germán Brito, procuradora general de la República.

Las aberraciones que sufren los condenados a prisión por nuestros tribunales son inenarrables. Y esto incluye a los que cumplen medida de coerción privativa de libertad individual. Algunos olvidan que la libertad del imputado es la regla, siempre que el proceso judicial no peligre. La prisión es la excepción, como última medida contemplada por el Código Procesal Penal.

Nadie debe ignorar que las amenazas de esos jefes de grupos nunca son juegos de niños. Ellos suelen ejecutar sin previo aviso, sin importarles, como si fuera un sello de distinción, la sangre y el luto que dejen tras sus operaciones.

Y eso es connatural a la actividad ilícita y siempre violenta del negocio en que están involucrados. La condición de fugitivos de la autoridades que luchan contra las drogas, la guerra por territorios, como ámbitos de sus mercados de drogas, o los tumbes que se dan entre ellos, como robo de alcaloides y demás sustancias prohibidas o dinero acumulado, los va entrenando hasta hacerlos permanentemente peligrosos. Pierden todo respeto a la vida y a la dignidad humana.

Ciertamente, matar personas es una actividad recurrente en ese bajo mundo. Basta con que vean la necesidad de eliminar obstáculos para la ampliación de sus redes de negocios. Nada ni nadie recibirá consideración de parte de esos jefes de mafia.

Para saberlo no hay que ser un experto conocedor de las noticias internacionales, ni de las obras literarias o la gran exhibición de los cines o de la plataforma digital de Netflix sobre narcotráfico y demás actuaciones del crimen organizado internacional.

Por la privilegiada posición geográfica que tiene nuestro país, para tomarnos como puente de distribución de drogas, estamos en la mirilla de las organizaciones criminales. las autoridades, en lo particular, y la nación, en lo general, estamos en la obligación de proteger la vida de la magistrada Miriam Germán.

Miriam ha dado ejemplo en toda su actuación pública. Es más que una simple funcionaria, es un necesario símbolo ético y moral. Cuidémosla. Así sea.