Carta de los Lectores

Decadencia de valores

Decadencia de valores


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Continúan decayendo los valores humanos en nuestro país, teniendo como causa principal la distorsión política que ejercen y enseñan los actores partidistas sobre la población. De la gama de valores existentes, unos están en extinción, otros se han invertido y la restante parte sobre vive en continua lucha con los cambios mal asumidos de los nuevos tiempos. La responsabilidad y la vergüenza, por ejemplo, son práctica contraria al significado que todavía contiene cualquier diccionario del idioma español.

Estos son tratados como afrentosos, perjudiciales y con desprecio por un sector considerable de hablantes de este territorio. Buena cantidad de la población, de todas edades, invirtió o abandonó los valores, entre ellos vergüenza y responsabilidad, que tomamos como modelo en este diminuto trabajo.
Las personas que aún conservan estos y otros valores se quejan del comportamiento de sus conciudadanos; y terminan diciendo “no se puede creer en nadie”. Gentes profesionales, de oficios, con o sin educación, funcionarios de alta y de baja categoría y demás, ni cumplen ni sienten apuro por ello.

Es decir, ni son responsables ni tienen vergüenza. Los hay: abogados, médicos, ebanistas, plomeros, funcionarios públicos y privados, mecánicos, empleados y un largo etc, que se inclinan por el engaño y el aguaje.

La irresponsabilidad política partidista carga con la mayor culpabilidad de distorsión de los valores: con promesas no cumplidas, con robo, prevaricación, abuso de poder, con la impunidad, y complicidad, y en general por el saqueo del erario. Ya hemos tenido presidentes mentirosos, cómplices de corruptos, de malhechores y de perversos.

Sirve también de ilustración la conducta no buena de funcionarios pasados y presentes, de congresistas viejos y nuevos, de procuradores, de jefes de feligreses, de la Policía y otros. Como se sabe, a las instancias de mando se alían familiares y amigos, activistas y dirigentes medios del partido que esté en el poder, formando redes mafiosas de engaño al pueblo, saqueando sus bienes para beneficio propio, echando al zafacón la vergüenza y la responsabilidad.

Desde este simple y diminuto espacio alzamos la voz de los que no la tienen, urgiendo esfuerzo y acciones que tiendan a recuperar los valores y mejorar el comportamiento general de la población para que no sea en vano el logro de la democracia y la libertad de esta nación.

Por: Lic. Santiago Martínez

El Nacional

La Voz de Todos