Editorial

 Decepción

 Decepción

Aunque  perdió  su  invicto ante  Venezuela, República Dominicana conquistó  ayer su corona 19  de la  Serie del Caribe al sucumbir en la tarde México  ante Puerto Rico lo que confirió el cetro de manera automática a los Leones del Escogido que se proclamaron bicampeones del béisbol otoño-invernal.

El equipo dominicano mereció el galardón por su efectivo desempeño, especialmente por  la excelente labor de su  pitcheo abridor y de relevo,  que a excepción del juego de anoche que perdió  siete a cero  frente a  los Tigres de Aragua, mantuvo a raya a los bateadores contrarios durante  casi toda la justa.

La victoria dominicana  contrasta con la pésima organización de la Serie del Caribe que constituyó un magro y deslucido evento matizado por los  altos precios de boletería y proventos y la carencia de entusiasmo o de entrega  al juego de la mayoría de los peloteros.

Como una afrenta y engaño a la fanaticada se recibió la  absurda decisión de los organizadores del certamen de dolarizar la venta de boletos, lo que constituyó una grosera violación a la ley monetaria e impidió  a la mayoría de los seguidores del béisbol disfrutar en el estadio del popular pasatiempo.

La edición de este año de la Serie del Caribe fue un evento caro, excluyente, de mala calidad y carente de fervor deportivo,  en el que  se impuso el criterio mercantilista sobre  la tradición de  estrechar relaciones a través del béisbol entre  las naciones participantes. Es una pena que los  combinados de México, Puerto Rico y Venezuela y los anfitriones se presentaran en un estadio semivacío debido a que  en un excesivo afán de lucro, los organizadores  pretendieron obligar a los fanáticos a adquirir boletas en dólares, además de encarecerlas.

Entre las sombras de la Serie del Caribe se menciona que la mayoría de los jugadores  vinieron en calidad de turistas y no de competidores, por lo que la mayor parte de su tiempo transcurrió en juergas y no  en cumplimiento de su deber deportivo de ofrecer un espectáculo de calidad, razón a la que se atribuye que hasta el juego de anoche ningún pelotero había podido batear de cuadrangular. Las felicitaciones a los Leones del Escogido por la conquista de la Serie del Caribe acompañan  la profunda decepción que ha sentido la fanaticada por lo que se define como pésimo montaje de una justa que no estuvo a la altura de lo que en el pasado se conoció como la Pequeña Serie Mundial del Caribe.

El Nacional

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