Vendedores ambulantes, en su mayoría haitianos han arrabalizado el entorno de la Feria Internacional del Libro, las calles del más importante evento cultural que se realiza en el país parecen un mercado de pulgas.
La entrada al Teatro Nacional está repleta de vendedores de jugos, empanadas, de coco y de otros comestibles.
Un lugar que se ha caracterizado por la limpieza, lo que parece es un mercado de pulgas por el desconcierto imperante el cual ahuyenta a muchas familias que no quieren verse asediadas por los venduteros, que pululan por la Feria.
Anoche la principal entrada de la Feria, en la avenida Máximo Gómez se convirtió en un desastre con decenas de vendedores asediando a los visitantes. El gran cúmulo de individuos que se concentra en el lugar pone en riesgo la seguridad de los visitantes.