Aunque por aquí no se ha registrado desabastecimiento de productos alimenticios y la inflación haya sido toreada, de todas formas las autoridades tienen que poner sus barbas en remojo.
La crisis económica generó candentes protestas sociales en Sri Lanka que obligaron al Presidente a dejar el poder y tomar las de Villadiego. En Ecuador, por las mismas razones, el presidente Guillermo Lasso se salvó en tablita de que lo desalojaran del poder.
Tuvo que hacer concesiones a los movimientos que protagonizaron los disturbios y remozar el gabinete. En Panamá, que es una de las economías más sólidas de la región, la gente ha tomado las calles en protesta contra el alto costo de la vida.
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Las protestas, que comenzaron hace dos semanas, han agravado la crisis por el bloqueo de la carretera Interamericana, que comunica con Centroamérica. Las perspectivas por estos predios se tornan más preocupantes por la alta inflación que sacude a Estados Unidos y España, donde residen la mayor cantidad de compatriotas en el exterior.
Antes que escasez por aquí puede hablarse de abundancia de la mayoría de productos agrícolas, pero la inflación no deja de ser una espada para los consumidores.
El Gobierno ha sabido intervenir para evitar que crezca el descontento, como ocurrió con la tarifa eléctrica, pero con todo y todo la inflación y la escasez pueden convertirse, frente a cualquier descuido, en una bomba de tiempo.
