Se presta a las más variadas suspicacias que a nueve meses que se cumplen hoy de la desaparición del niño de tres años Roldany Calderón no se haya encontrado la menor pista sobre su destino.
Por el silencio que ha rodeado la pesquisa la procuradora Olga Diná Llaverías ha sido incapaz de rastrear el paradero del niño o ha optado por ocultar el resultado de la investigación de la que fue encargada.
El infante desapareció el 30 de marzo de la residencia de una tía en Los Tablones, Manabao, Jarabacoa. Ni siquiera la recompensa de un millón de pesos ofrecida por los padres ha ayudado a despejar el denso velo de misterio sobre la suerte que ha corrido el niño.
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Los interrogatorios a familiares y relacionados, así como los allanamientos de que se han dado cuenta no han generado siquiera esperanza de que se pueda saber la verdad sobre el caso del infante.

