Washington, (EFE).- La obra del gran renovador del teatro estadounidense, Tennessee Williams, que cumpliría hoy 100 años, sigue vigente con la continua representación en los escenarios de clásicos como «Un tranvía llamado deseo» y reediciones editoriales. Williams, autor de decenas de obras de teatro y varios libros de relatos como «La noche de la iguana», señaló en más de una ocasión que comenzó a escribir porque encontraba «la vida insatisfactoria». Nacido en 1911 en el estado sureño de Misisipí, hijo de un representante de calzado y de una cantante sureña, Thomas Lanier Williams estudió periodismo en la Universidad de Misouri, aunque pronto se mostró más interesado en la ficción. Durante la Gran Depresión trabajó durante varios años en una fábrica de zapatos de Nueva Orleans, lo que influyó notablemente su escritura y marcó su carrera como gran retratista del sur de EE.UU.
Allí sufrió una crisis nerviosa que le obligó a dejar el trabajo, y regresar a la literatura mientras se dedicaba a los más variados oficios en el Village neoyorquino entre finales de los años 30 y principios de los 40 del pasado siglo.